sábado, 10 de julio de 2010

ANTONIO VEGA

Ultima charla con Antonio Vega

No me es posible disociar el recuerdo y las canciones de Antonio Vega de mi pequeña -e intrascendente- historia personal.
Para mí Antonio ha sido uno de los más grandes, personaje irrepetible, intransferible, compositor y letrista único e intérprete genial.
Un sí-músico en todos los sentidos; van estas líneas en sincero homenaje por todas las alegrías que me sigue produciendo.


Poseía la profundidad emocional de Enrique Urquijo, la actitud rockera y vital de Pepe Risi, la inquietud y oscuridad de Eduardo Benavente, también la capacidad de renovación que tuvo Carlos Berlanga.
Sin embargo Antonio era Antonio y punto; modélico, genuino, inalcanzable.
Demasiado indie para el mainstream, demasiado “convencional” para la parroquia alternativa.
Demasiado fue bucear en su mirada: te impresionaba y atrapaba en el acto.


De todos los comentarios que se han hecho tras su partida me quedo con este de Kiko Veneno:
Ya desde que él era muy joven yo lo veía como a un nazareno, con esa cara que expresaba ese sufrimiento y esa lucha interior.
A mí me sobrecogía, me daba miedo ver la cara de Antonio, me parecía un penitente, un cristo”.

 
Este nazareno de la Movida nos ha dejado una colección de canciones inolvidables.

Es obvio que la primera en popularidad es la celebérrima “CHICA DE AYER”, tema que compuso en el 77 -durante un permiso de la mili- en una encantadora y discreta villa de Benicàssim frente al mar, propiedad de sus primos.
En el jardín trasero y con una guitarra (que creo que aún anda por allí) hizo historia.
Yo de pequeño he jugado en ese mismo recinto, que además fue escenario de nuestros primeros guateques adolescentes (curiosamente no éramos aún fans, eso llegaría después; entonces pinchábamos a Madness, The Jam o a los Kinks, grupos perfectamente compatibles y empáticos con Nacha, como descubriría después).


Pienso que este primer y lírico hit de Antonio es una canción que sigue seduciendo por su impecable construcción y narrar una idealizada relación, efímera y enigmática, muy de la postadolescencia (hace unos años el primer batería de Nacha, Jaime Conde, me reveló la verdadera historia que encierra y la identidad de la famosa chica; mi conclusión: mejor la historia que cuenta Antonio que lo que sucedió realmente…).
Constituye una anomalía, sin duda.





Ya era provocativo en aquellos años empezar un tema con un punteo de guitarra e introducir un solo aún más largo en la mitad.
Esa transgresión a través del más puro academicismo la emparenta sin duda con la otra gran canción de la época: “PARA TI” de Paraíso, no tan perfectamente construida en lo musical pero con una letra más sofisticada y compleja. “CHICA DE AYER” además inmortaliza el Penta y sus noches.
Ya no se hacen temas así. Antonio se revela desde el principio como un guitarrista técnico e imaginativo, para mí un cruce entre el mejor Larry Carlton (sus sesiones para Steely Dan) y el siempre genial Brinsley Schwartz. California y nuevos aires británicos a partes iguales.

Como compositor muestra ya un raro talento para elevarse a alturas trágicas. También es destacable en esta canción eterna los deliciosos arreglos al piano de Bautista, casi lo más destacado que hizo en el disco (¿lo mejor que hizo tras los Canarios de los 60s?).
Nacha Pop tuvieron un pasado anfetamínico, muy cercano al punk del 77. No era de extrañar porque Nacho, Carlos y Jaime (los tres integrantes originales) eran fans de lo que acontecía en la Inglaterra de aquellos días.
Existen grabaciones que lo atestiguan, como la inédita y acelerada “GASOLEO MEO” (creo que un directo en Rock Ola).


Nacha Pop tuvo un grave problema al no contar con un productor a su altura hasta su disco número cuatro. Si Nick Lowe les hubiese producido sus tres primeros LPs la historia habría sido bien distinta y posiblemente se les otorgaría un halo de modernidad que aún a día de hoy muchos les siguen negando.


Parece ser que el británico no pudo atender su petición, pero al menos lo intentaron. El LP de debut y homónimo del 80 contiene otras piezas tan formidables como la nuevaolera “LLOVIENDO EN LA CIUDAD”, la climática “ANTES DE QUE SALGA EL SOL”, “DEJAME ALGO”, “MUJER DE CRISTAL” (cuyo rock vacilón y bohemio les acerca a formaciones tan genuinas como Burning)… pero falla en la endeble producción.


Las guitarras eran más crudas y saturadas; la imaginativa y precisa percusión de Ñete mucho más contundente.
Si escuchamos en comparación el primer disco de Los Secretos, las diferencias de sonido son realmente abismales.
Tendrían que haber sonado más como los Urquijo iniciales (y posiblemente estos deberían haber sonado más Nacha en sus siguientes y más descafeinados discos).
Sin embargo su continuación “BUENA DISPOSICION” (82)- precedida por su mejor single inédito, “EL SUEÑO”- es, como todos sabemos, una obra maestra. Fluido y compacto como pocos discos de su época.
Con mejores letras, estructuras más originales y un hilo conductor de existencialismo adolescente.
Grandes canciones sobre miedos atávicos, ensoñaciones e ilusiones perdidas. Aprovecho para reivindicar el papel de Nacho, que en sana competencia con su primo firma joyas como la inicial “NO NECESITAS MAS”, soberbia muestra de powerpop (recomiendo degustar la versión en directo en el programa de Angel Casas del 82, con un Nacho de andrógina voz y Antonio totalmente desatado a la eléctrica…¡dando saltos a lo Weller!) fácilmente localizable en You Tube o la soberbia y emocionante “VISIONES”, escrita por ambos.
Se ha hablado tanto de este LP que no me detendré analizando cada canción, tan sólo recomiendo su escucha continuada.
Es un antidepresivo perfecto. La producción del disco -a cargo del propio grupo- es ahora más luminosa pero sigue resultando insuficiente.
No muestra el potencial real de la banda, que magistralmente grabó el disco en directo en el estudio, sin trampa ni cartón y a la primera toma; alguien debería rescatar hoy los masters originales y volverlos a mezclar, llevando las señales al rojo y rescatando la energía perdida (como hizo Iggy Pop en su remezcla de “RAW POWER”, por ejemplo).
Mitch Easter podría hacerlo, sin duda.
Dos detalles que no hay que olvidar de “BUENA DISPOSICION”: posee el mejor diseño de carpeta de toda la carrera, tanto de Nacha como de Antonio Vega. Magnífica también la foto interior, con un Antonio muy seductor, de mirada cautivante.
E intervienen invitados de lujo, como Ana Pegamoide a los teclados.
Este hecho demuestra que no estaban lejos de otros grandes grupos de su generación, considerados más modernos y rompedores…
Es curioso, siempre pensé que Antonio y Fernando Márquez, por ejemplo, habrían hecho muy buenas migas de juntarse ahora.
Hablando de colaboraciones, Antonio aparece en uno de los mejores discos ibéricos de todos los tiempos: “TAQUICARDIA” (84) de las inolvidables Vainica Doble.
Un año antes se publica el tercer e irregular disco de Nacha Pop, “MAS NUMEROS, OTRAS LETRAS”.
De nuevo tristemente producido (suena a plástico y muy opaco), con una portada banal y poco acertada pero con grandes tesoros entre sus surcos: “ENGANCHADO A UNA SEÑAL DE BUS”, “PON PRECIO A TUS BESOS” o “LUZ DE CRUCE” son sencillamente magníficas (Enrique Urquijo realizó una genial y emotiva versión de la primera, años después).
Sin embargo en el año orwelliano se produce un segundo milagro cuando aparece el maxisingle “UNA DECIMA DE SEGUNDO”, la segunda maravilla de su carrera. Por fin suenan como se merecen, se nota que Peter McNamee está a los controles técnicos.
Es una gozada escuchar la potente “ESCALA REAL”, con ese cambio tan skatalítico y por fin escuchar percusión poderosa y guitarras incisivas.
Se recupera felizmente “MAGIA Y PRECISION” más rockera y energética.
Y se incluye la que, posiblemente fue la cumbre de Antonio Vega: “UNA DECIMA DE SEGUNDO”. Recomiendo la entrevista que el Capitán Lágrima realizó a Antonio, que se explayó a fondo sobre esta monumental y críptica canción, que más bien parece un ensayo (como ocurre con la también metafísica “LA ESTATUA DEL JARDIN BOTANICO” de Radio Futura).
Era el verano de 1985 y yo escuchaba, como cada semana, el genial y adictivo “GOMAESPUMA” en Antena 3 Radio. Fesser y Cano estrenaron esa noche un nuevo LP de Nacha Pop, escogiendo “RELOJES EN LA OSCURIDAD” como primera pieza.
Los bafles de mi pequeña radio me trasmitieron unas vibraciones únicas y un sabor a modernidad que jamás había identificado con los Nacha.
Esa mezcla de sintetizadores y poderosos riffs de guitarra en una canción tan misteriosa me recordó a los mejores Cars.
Aquella noche los descubrí (tarde pero al fin) y me engancharon para siempre.
En seguida me hice con una copia de su flamante álbum, “DIBUJOS ANIMADOS”.





En mi opinión su tercera y definitiva obra maestra.
Todo es perfecto aquí, salvo el artwork tan coyuntural y simplón que ahora se contempla bien desfasado (¿hacían falta esos horribles dibujos? ¿por qué se empeñaban las disqueras de entonces en pasar a sus artistas previamente por boutique y peluquería para las fotos de portada?).
La impecable producción vuelve a ser de Peter McNamee. El inicio es contundente, “GRITE UNA NOCHE” recuerda al comienzo de “BUENA DISPOSICION”.
Otro hit de Nacho, esta vez un auténtico llenapistas que sonó sin parar por bares, terrazas, discotecas y en las cassettes de los coches.
Otros dos momentos suyos memorables son “NO ME OLVIDO” (canción que me marcó profundamente aquel verano adolescente) y “NUEVO PLAN”.


Antonio está en su línea, inspiradísimo y firma canciones tan increíbles y originales como “SENTADO AL BORDE DE TI” con una de las mejores metáforas que escuché en nuestro pop (luchando con los fantasmas de la prima y el bordón) “CON TAL DE REGRESAR” o “CADA UNO SU RAZON”.
Melodías inolvidables y pegadizas, fantásticos arreglos de viento, estilos muy variados, secuenciadores, cajas de ritmo, funk que recuerda a Prince, guiños a Hall&Oates…
Sigo escuchando este disco y disfrutándolo mucho a día de hoy.
Recuerdo qué bien sonaba en el coche en cinta magnética y la de viajes a la costa que me acompañó…
Un amigo italiano -que me descubrió al gran Lucio Battisti- lo escuchó alucinado y tuve que mandarle luego una copia a Italia, dada su sorpresa e insistencia.
Cuando apareció el último de estudio de Nacha Pop (“EL MOMENTO”, 1987) ya se intuía una separación inminente.
La producción esta vez fue de Carlos Narea y me gusta mucho menos.
Suena a producto de multinacional, orientado a radiofórmula y se echa en falta al imaginativo Ñete, aunque aún hay espacio para temas legendarios de Antonio como fueron “LUCHA DE GIGANTES”, “NO SE ACABAN LAS CALLES”, “PERSIGUIENDO SOMBRAS” o la cautivadora “DESORDENADA HABITACION”.
Nacho aportó un tema soulero muy efectivo, “VISTETE”. Pero es un disco en general menos entretenido, con aroma a desgaste, que en mi opinión no termina de funcionar.
Aún así digno para despedirse y correctamente delineado.
Acerca de la carrera en solitario de Antonio, que se inició brillantemente con “NO ME IRE MAÑANA” (1991) creo que sufrió el mismo problema que Nacha Pop en sus primeros años: faltó buena producción o, básicamente, gente que entendiera su espíritu inquieto y fuera capaz de exprimir su maestría añadiendo imaginativos arreglos y sonidos.
Por desgracia hay momentos tan bajos como el escasamente inspirado “OCEANO DE SOL” (1994), disco en el que parece mentira que esté Phil Manzanera detrás (lo podría haber firmado Julián Ruiz o Luis Cobos y habría sonado igual de impersonal).
En 1998, tras cuatro años de sequía apareció “ANATOMIA DE UNA OLA” (precioso título, por cierto).
Me llamó mucho la atención el single de lanzamiento, “MI HOGAR EN CUALQUIER SITIO”, genial tema con sabor británico, ligeramente ácido y con un video bastante curioso y bien realizado (¿el mejor clip de su carrera?).
Antonio reaparece.
Fueron largos años de especulaciones, rumores, conciertos anulados a última hora (con el comprensible cabreo de los fans), tratamientos…
Recuerdo que la crítica de entonces se ensañó con Joan Bibiloni (cierto es que podía haberse ahorrado el scat que mete en algún tema), pero el sonido es bastante bueno en general e incluye aciertos de producción como la breve y enigmática “TRIBUTO A…”, en la que se juega con la voz de Antonio y la ecualización de su acústica, logrando un efecto bastante psciodélico.
Creo que este disco, sin funcionar plenamente, le puso en consonancia con los tiempos. Contiene asimismo canciones muy notables: “COMO LA LLUVIA AL SOL” o “TUVE QUE CORRER” (compuesta por su colaborador Nacho Béjar, que ha sabido asimilar muy bien la influencia de Antonio).
Fue en la presentación de este disco, en la sala Galileo Galilei, cuando conocí al fin a Antonio. Confieso que hizo un directo memorable rodeado de grandes músicos (como el estupendo teclista Basilio Martí, que se mantuvo fiel al maestro hasta el final).
No me esperaba un directo tan poderoso y me sorprendió encontrarle en plena forma tanto como vocalista como en la eléctrica.
También físicamente, con el pelo más largo de su vida (una melena que le pasaba la cintura). Se mostró muy comunicativo con la audiencia.
Sobra decir la expectación que había, entradas agotadas, etc.
Incluso se permitió una extravagancia en escena que me llamó poderosamente la atención: para los bises volvió a interpretar “MI HOGAR EN CUALQUIER SITIO” poniendo a los tambores al hijo de su batería, un chaval que no pasaría de los 8 años y que tocó increíblemente.
Incluso bromeó anunciando que echaba al padre y contrataba al hijo.
Una bella rubia de rostro y mirada angelical estaba junto a mí en primera fila.
Era la nueva novia de Antonio, Marga del Río.
En el backstage me acerqué a hablar con él, con la excusa de que me firmase unos viejos vinilos de Nacha, entre ellos alguna rareza (como el de “JUEGO SUCIO”, que además de una preciosa portada tipográfica contiene una joya en su cara B: “RUIDOS EN EL DESVAN”).
Antonio me los firmó encantado, se mostró sorprendido al verlos y charló conmigo distendidamente.
Me pareció muy educado, encantador, tremendamente humilde.
No quiso aceptar que le regalase aquellas chucherías.
“Gracias pero los perdería. Consérvalos siempre”, me dijo.
También esa noche estaba en los camerinos Enrique Urquijo.
Fue inolvidable y aún conservo fotos de aquello.
He escuchado los siguientes discos que hizo hasta 2009.
Creo que “DE UN LUGAR PERDIDO” y el muy sentido “3000 NOCHES CON MARGA” contienen grandes temas que poco a poco iré recuperando.
Un viejo alumno del Liceo Francés de Madrid organiza una fiesta privada frente al Mediterráneo en la que se dan cita madrileños, franceses, árabes, israelitas, neoyorquinos, italianos, brasileños…
Una celebración memorable, cosmopolita y relajada. Tuve el inmenso honor, no sólo de estar allí, sino de encargarme de la música.
Estuve semanas recopilando diversos estilos y seleccioné mucho material nacional de los 80s.
El montaje era espléndido, el clima inmejorable, la comida deliciosa…y había un escenario perfectamente organizado; me sorprendió ver allí viejos amplificadores Vox y un backline de primera.
Yo estaba muy atareado a los platos, cuando el anfitrión me hizo una seña para bajar la música.
Acto seguido tomó el escenario y anunció por microfonía la actuación de un grupo “muy querido por los liceanos aquí reunidos y que va a sorprender a los invitados extranjeros…¡Nacha Pop!”
El corazón me dio un vuelco y corrí a primera fila.
No me lo podía creer… Allí estaban Antonio y Nacho, rodeados de músicos tan excelentes como Fernando Illán o Basilio Martí.
Una formación brutal.
Fue lo que se dice un conciertazo y creo que fuimos unos grandes privilegiados al disfrutarlo. Nacho, como siempre, estuvo enérgico (parece que no pasan los años por él) todo un torbellino en escena.
Al otro lado y frente a mí, Antonio estaba en su propia dimensión, inmensamente tranquilo.
Fue un repertorio único en el que rescataron viejos temas no tan habituales..
La imaginación se me disparó -mi estado de sobrexcitación era evidente- y empecé a pedir a gritos canciones que deseaba escuchar (“SENTADO AL BORDE DE TÍ” y muchas otras).
El show duró bastante más de lo esperado, la banda terminó agotada.
Recuerdo que al final Antonio tenía los ojitos cerrados, pero sus dedos maestros recorrían veloces los trastes de su guitarra punteando todo el tiempo, sin errar una sóla nota. Increíble.
Podría estar durmiendo y sus manos iban solas.
Magia y precisión. Tras el concierto pensé que se esfumarían.
En esos días Nacha Pop acababan de reaparecer y el calendario de conciertos era inagotable.
Confieso que no quise verles después en Madrid, tras esta alucinante noche que siempre conservaré en el palacio de la memoria.
Sin embargo, no llevaba a los platos ni cinco minutos cuando el anfitrión me invitó a salir de la cabina.
El grupo había decidido unirse a la fiesta.
Fue entonces cuando tuve la ocasión de volver, diez años después, a encontrarme con Antonio.
 En esta ocasión tuve mucho más tiempo para conversar con él.
Lo primero que soltó -me dejó de piedra- fue: “Me hubiera encantado tocar las canciones que pedías (las enumeró una a una) pero aún no las hemos recuperado; otra vez será”.
Le encontré con buen aspecto físico, me sorprendió su corte de pelo adolescente con el pelo teñido de rubio y, sobretodo, me sobrecogió su lucidez.
Me habló de un nuevo disco de Nacha Pop que iban a comenzar en invierno, con nuevas canciones que estaba haciendo junto a su primo.
Le escuché con total admiración, le noté ilusionado.
Antes de despedirme me atreví a pedirle un favor.
Le hablé de un dúo que tengo con mi primo Carlitos llamado Charlie & Charly y de una adaptación que llevamos años interpretando en directo: “LA CHICA DE AYER” en italiano.
Antonio se mostró interesado por el tema.
Le pedí permiso para grabarla y su respuesta fue la siguiente: “No sólo tienes mi permiso, Charlie, sino que estoy deseando oírla”.
Los caprichos del destino han querido que justo cuando que la grabamos, el pasado 12 de Mayo, Antonio partiese rumbo a Orión.
Mirar este mundo en paz y nunca de reojo más
Por Charlie Misterio