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Pocas veces la muerte de un artista ha estado tan unida a la actualidad.
Mientras los indignados de la “spanish revolution” siguen coreando la letra de la canción The Revolution Will Not Be Televised, su autor, Gil Scott-Heron, ha fallecido a los 62 años de edad.
Nacido en la ciudad de Chicago, el músico se convirtió a principios de los setenta en icono de la contracultura gracias a discos como A new Black poet: Small Talk at 125th and Lenox y Pieces of a Man.
Este último contenía la versión definitiva del tema que le haría famoso, y que estos días se ha convertido en grito de guerra de muchos de los indignados de las plazas españolas.
En ella, un joven Scott-Heron demostraba su capacidad para sermonear de manera enérgica a todos aquellos dispuestos a escucharle en el Nueva York de finales de los setenta.
Considerada por muchos la primera canción rap, fue la cumbre de una carrera que llevaba ya años merodeando en los ambientes del jazz y la poesía de la “gran manzana”.
Después llegarían varios álbumes en la década de los setenta, en los que el músico-poeta seguiría apostando por su fórmula directa de escribir, en la que drogas, alcohol y destrucción se daban cita a partes iguales.
Todo un manifiesto de lo que terminaría ocurriéndole al propio Scott-Heron. Con la llegada de las nuevas tendencias disco y funk, el artista caería en el olvido, mientras su vida se perdía entre la adicción y un breve paso por la cárcel.
El año 2010 nos devolvía a un renovado Scott-Heron con I’m New Here, primer disco del músico en 16 años. Y hace apenas unos meses, Jamie XX rendía tributo al cantante con un disco de remezclas de varios de sus temas.
Una muestra más de la actualidad de un artista que aún hoy en día se encuentra en la lista de los más sampleados de la historia del rap.
Descanse en paz.