Con la asimilación en España durante los primeros años ochenta de la explosión punk y la nueva ola británicas algunos grupos musicales estatales asumieron otras formas éticas y estéticas que se habían visto revitalizadas dentro de aquel fenómeno social y musical.
Entre otras propuestas, en la península, se rescató la actitud del movimiento mod que se había consolidado en las islas británicas durante la primera mitad de la década de los años sesenta y que, de nuevo, volvió a prender con fuerza en un sector de la juventud; sobremanera en ciudades como Barcelona y Madrid.
Con nuevas bandas británicas como The Chords, Purple Hearts, Vapors, Secret Affair, Nine Below Zero, Lambrettas o Merton Parkas como claros referentes a imitar, y el trío The Jam como máximo estandarte del resurgir del sentimiento mod en Europa, en España fueron apareciendo tímidamente algunas bandas que mezclaban las nuevas propuestas nuevaoleras con el espíritu comandado por The Who y Small Faces dos décadas antes.
Si bien es cierto que algunos grupos fueron meros mods circunstanciales que se limitaron a rescatar en clave de power-pop algunos dudosos tópicos de aquel movimiento juvenil (badges, parkas militares y gabardinas), otros -como Brighton 64- supieron conectar con el público más integrista y acabaron por convertirse en la bandera y punta de lanza de la escena mod española de la década. No obstante, la brecha abierta por todos los grupos que se citan a continuación fue esencial para la aparición, mediado el decenio, de otras formaciones de todo el estado que, con mayor o menor acierto, revisaron el modernismo de un modo más profundo, léase: los leoneses Los Flechazos (que relevarían a B-64 en el ‘trono mod’ estatal), los vascos Scooters -de idéntico nombre que otra pionera banda mod valenciana-, los catalanes: Espías, Beat, Negativos, Interrogantes, Canguros, Bretones y Kamembert; los madrileños Los Inquietos, Snap!, Miserables, BDK y Smart Dress; los maños Malvados; los albaceteños Los Buenos; los asturianos Los Cómplices (luego divididos en Cautivos y Murciélagos) los gallegos Op Art, Eskizos o, entre otros, los andaluces Servicios a Domicilio (Jerez) y Agentes Secretos (Málaga)
LOS ELEGANTES.
Los mods de la Movida madrileña
Los mods de la Movida madrileña
Sin duda, fue el primer grupo estatal con el que los mods se identificaron directamente y también el único que coincidió en espacio y tiempo con la denominada movida madrileña que se desarrolló en la villa y corte desde 1979 hasta 1983.
En el mes de febrero de 1980 Los Elegantes eran: Juan Ignacio de Miguel ‘el Chicarrón’ (voz) y el equipo guitarrista conformado por Juanma del Olmo y Emilio López (también encargado de las segundas voces). S
e formaron en 1979 tras haber pasado fugazmente por bandas capitalinas como Morbus Acre o los primeros Zombies de Bernardo Bonezzi.
Apadrinados por Javier Teixidor (Mermelada) y el locutor de Onda 2 Rafa Abitbol registraron dos temas (“Nada” y “No charles más”, esta última, una versión de Joe Jones) que se incluyeron en el volumen tres del recopilatorio “Viva el rollo” de Chapa, subsello de Zafiro.
Aquel mismo año, en 1980, consolidaron su formación con la entrada de Carlos Hens (batería) y José Luis de la Peña, bajista procedente de Glutamato Ye-yé; además, Zafiro editó por aquellas mismas fechas su debut discográfico en solitario: un single con los temas anteriormente mencionados.
En sus primeros conciertos en directo ya mostraban perfectamente sus influencias musicales: versiones de clásicos del pop y el rythm’n’blues de los sesenta incluidos en la banda sonora del filme Quadrophenia (“Louie, Louie”, “Zoot suit”) revisiones adaptadas al castellano de The Selecter (“Toma anfetas”), Spencer Davies Group (“Bajo Cero”) y siempre enfundados en americanas o trajes de evocación ‘sixties’ con sus solapas adornadas con badges de grupos musicales ingleses de revival ska y pop, al estilo de la nueva ola.
En 1982 registraron dos temas propios “Me debo marchar” y “Este es mi tiempo” para la delegación española del sello norteamericano Record Runner, que prensó el vinilo en aquel país.
La cara A del single se convirtió entonces en una especie de himno para los mods españoles de la época, pero, lamentablemente, también en aquel momento el grupo vivió su primer revés existencial, ya que ‘el Chicarrón’ decidió abandonar el micrófono para volcarse en una actividad empresarial. Más tarde, ya en 1983, reducidos a cuarteto y con Emilio al frente de la banda, Los Elegantes grabaron un maxi-single single para la efímera independiente Rara-Avis con tres temas de pop contundente: “La calle del ritmo”, “Cristina” y “Estoy fuera de sitio”. Con él llegó el esperado reconocimiento y un año más tarde el grupo vio editado todo un álbum por Zafiro bajo el padrinazgo de Abitbol.
“Ponte ya a bailar” incluyó doce cortes de rabioso power pop y claras incursiones en el soul aderezadas con una sección de metal.
A través de su portada el cuarteto efectuaba diversos guiños al revival mod inglés; la foto del grupo en la portada era calcada a la del “So far away” de The Chords, el collage interior estba inspirado en la funda interior del ‘All Mod Cons’ de The Jam y su logotipo era una revisión del usado por The Beat, ‘dancing girl’ incluida. Pero su sonido disgustó a muchos de sus fans, que no perdonan que el grupo utilice sintetizadores y baterías electrónicas, amén de realizar varias remezclas de “Mangas Cortas” (versión del clásico mod “Zoot suit”) con las más comerciales pistas de baile como claro objetivo a conquistar.
Así, en 1985 llega su segundo álbum para Zafiro, “Paso a Paso”, y con él, nuevos guiños al mod amantado por Quadrophenia vía Kingsmen (‘Luisa se va’) y una canción arrebatadora: “Dos años atrás”; amén de un puñado de certeros cañonazos pop como “Dispararé” o, entre otras, “Chicas y Dinero”.
Pero el disco tampoco convence a sus seguidores y no llega a vender 6.000 copias, una cifra alarmante para un grupo de su calibre.
A estas alturas estallan las diferencias con Abitbol, de quien reniegan y a quien culpan de su descalabro discográfico; además ‘rompen’ con los mods, cansados de encajar críticas y desplantes.
Entonces se dedican a difundir a diestro y siniestro que no son mods y que jamás lo fueron, que lo suyo simplemente fueron tributos y guiños a la década de los sesenta... De esta forma, en 1987, libres ya de cualquier tipo de etiqueta se alinean cerca del denominado ‘sonido auténtico’ junto a otras bandas guitarreras de rock como Desperados, La Frontera, The Nativos o Sex Museum (ex Psycho y Los Modernistas). Desde ese momento, su carrera discográfica es más que firme y continuada: “Los gatos de mi barrio” (Producido por Elliot Murphy en 1987), “Perder o Ganar” (1989) y varios álbumes más (incluido el doble en directo “En el corazón de la resaca”) registrados durante la década siguiente.
Mods o no, sin duda fueron el mejor grupo con tics de aquel movimiento de todos los habidos durante la década de los ochenta.
BRIGHTON 64.
El paradigma de la militancia mod Pioneros y paladines del modernismo español de la década, se agruparon en Barcelona hacia 1981, tras un viaje de Ricardo ‘Ricky’ Gil a las islas británicas que le liga para siempre con la iconografía mod. Y es que lo de Brighton 64 era verdadera apología del mod inglés, empezando por su evocador nombre y continuando por un sinfín de muestras de apasionada militancia juvenil, llegando incluso a efectuar sus primeros conciertos con una Union Jack presidiendo el escenario.
Con el mencionado Ricky como bajista (con un Rickenbacker 4001, of course), su hermano Albert a la guitarra rítmica, un efímero vocalista y guitarrista (Dani) y un batería llamado Toni (que sustituía en el puesto a un tal Quimo) B-64 da sus primeros pasos musicales en la Ciudad Condal ayudando -sin duda- a la consolidación de la joven escena local.
Poco después, en 1982 graban un directo para el programa de TVE ‘Musical Express’ junto a otras bandas de su misma comarca; unas imágenes emitidas el 18 de julio de aquel año y que hoy son todo un documento testimonial de los primeros tiempos del mod catalán.
Meses después, ya en 1983, registran su primer disco para el sello barcelonés Flor y Nata (FYN), con Ricky como vocalista tras el abandono de Dani y con Carles (guitarra solista) recién incorporado al combo.
Los temas registrados en aquel primer vinilo (“Barcelona Blues”, “JP”, “La calle dónde yo caí” y “Te da igual”) estaban grabados de forma deficiente y ejecutados con una técnica bastante pobre; los solos de su guitarrista (que había llegado a grabar con Los Intocables de Loquillo) eran el único y dudoso alarde instrumental del disco y una buena muestra de que aquel debut discográfico fue del todo precipitado.
Pero, a pesar de todo, la fiel concurrencia militante les apoya y el disco se vende como rosquillas en toda España, lo que anima a FYN a mantener al grupo en catálogo.
Los inevitables cambios de formación comienzan a sucederse, y Ricky y Albert llegan a formar Los Novios, un grupo paralelo con un teclista y una cantante (María) dando un respiro al proyecto de B-64.
Pero, pocos meses después, con la ayuda de Andrés, el batería de Killwatts (y más tarde en Kamembert) los hermanos Gil registran un potente single que demuestra que han aprendido bien la lección: Dos temas muy bien escogidos de su propio repertorio (“Deja de tocar a mi chica” y “No volverán”) una instrumentación bastante correcta en su línea más Chords, buenas letras y unas voces mejor moduladas que en su pobre carta de presentación discográfica.
A finales de año B-64 toca en directo ante cientos de mods europeos en una concentración internacional celebrada en Roma, pero el grupo no acaba de culminar su estabilidad como banda. Tras varios devaneos con el grupo paralelo mencionado anteriormente y el fantasma de la disolución pisándoles los talones, en 1985, Brighton 64 reaparece en el circuito musical sorprendiendo gratamente a todo el público. Habían incorporado a Tino Peralbo como batería estable, se notaban las lecturas de Tom Wolfe y mostraban más pulida su –quizás- exacerbada pasión mod; su imagen rebasaba con creces los tópicos (absolutamente todas sus portadas fueron siempre de primera categoría) y, finalmente, empezaba a notarse su querencia por el pop-art y el soul de la Tamla Motown y la Stax de los años sesenta.
Aquel año se publica su primer álbum, “Haz el amor”, un excelente trabajo editado por Twins que, debido a su penosa distribución, no cala del todo en el público. Pero lo mejor estaba por llegar; consolidada su formación como cuarteto con Jordi Fontich como teclista (hammond, piano y samplers de metales) en 1986 publican con EMI el maxi single “La casa de la bomba”, detonante de su segundo álbum “El problema es la edad”. Temas como los que dan título a los dos vinilos (ambos incluidos en el elepé) y otros cortes como “El mejor cocktail”, “La ley del mínimo esfuerzo”o “La calle 46 (Club Negro)”, entre otros, son buenas muestras de que el grupo ha madurado y que su directo ya no tiene nada que envidiar al de las mejores bandas de rock del estado. Ya en 1987 la banda barcelonesa lo tenía casi todo a sus pies, menos a su disquera multinacional contenta.
EMI esperaba más ventas de aquellos vinilos, y una nula promoción no ayudó a solventar una crisis que no tardó en hacer acto de presencia. Sin sello que les grabase y con la veintena rebasada con creces, Albert y Ricky empezaron a darse cuenta que existía vida al margen del movimiento mod, del cual –en un principio- se fueron desvinculado poco a poco.
A renglón seguido, los hermanos Gil montaron otro combo llamado los Brigatones, que a su vez daría paso a otra nueva banda, Matamala, con una línea bastante cercana a los parámetros de su primera banda.
No volvieron a tocar en concentraciones de mods, pero, a su manera, siguieron apoyando la escena estatal con la edición de discos recopilatorios de bandas olvidadas y los nuevos trabajos de jóvenes promesas. Y todo ello lo hicieron desde su propio sello, Al-leluia Records, ya entrada la década de los 90. Pero eso ya pertenece a otra historia.
Escena en España
En España, durante la década de 1980, auspiciados por lo que se llamó la Movida, entre otras muchas subculturas juveniles surgió una escena mod, con grupos como Brighton 64, Los Elegantes, Los Negativos, Kamembert, Telegrama, Pánico Speed,Servicios A Domicilio.
Durante la década de los noventa surgierón nuevos grupos como Los Círculos, aunque tal vez, los más conocidos sean Los Flechazos. También hubo fanzines como Reacciones y Oxford Street.
Actualmente hay grupos como Cooper (constituido por el ex-líder Los Flechazos y músicos nuevos), Fortune Tellers, Los Smogs, Blow Up!, The Refoundations, The Shake,The Faith Keepers, Al Supersonic & The Teenagers y The DelShapiros con clara influencia mod 60s, y otros, como Carlo Coupé and The Sweet Vandals o Dudes de militancia más dudosa.
Hoy en día existen varios festivales en España centrados en la cultura de la década de 1960, entre los que destacan el Euro Yeyé de Gijón, posiblemente el festival centrado en la cultura mod/60s más importante del mundo, el Purple Weekend de León, el October in Rain de Oviedo o el Go!Lleida en Lérida. Además, a lo largo del año, hay multitud de concentraciones de scooters que suelen incluir conciertos y fiestas de música afín al movimiento mod.