martes, 10 de noviembre de 2009

KASIMIR MALEVICH




 
 KASIMIR MALEVICH
Aunque considerado uno de los personajes clave de la vanguardia rusa, Malevich nació en Kiev (Ucrania) de padres de origen polaco, lengua en la que fue educado. Desde niño adquirió una visión idealizada del mundo campesino por contraste con la alienación del proletariado industrial que pudo comprobar en el entorno de su padre, empleado en varias refinerías de azúcar. Comenzó a cultivar su inclinación por la pintura en Kiev hasta que, en 1896, su familia se traslada a Kursk. Se emplea como delineante en el ferrocarril 'y pinta bajo la influencia de los realistas decimonónicos rusos conocidos como "los ambulantes", cuya obra sólo conoce por reproducciones. Pronto adopta un repertorio posimpresionista, aunque la datación de las obras de esta época es muy confusa por tratarse a menudo de réplicas posteriores hechas por el propio artista, en las que cabe sospechar que alteró fechas y hasta rasgos estilísticos.
El Reposo de la buena sociedad, 1908.
Quizá sea la obra más decorativa y afín al espíritu "fin de siglo" realizada por Malevich, con sus figuras desplegadas sobre un fondo verde, plano y homogéneo.
Definitivamente instalado en Moscú en 1906, trabaja en el estudio de Fiodor Rerberg y se empapa de información sobre pintura moderna occidental. Las colecciones de Schuskin y Morozov contaban con muchos impresionistas franceses y, por esos años, empiezan a incorporar a Seurat y Cézanne. En 1907 y 1908 participa en las exposiciones de la Sociedad de Artistas de Moscú junto con jóvenes que a la postre resultarán determinantes en el arte ruso contemporáneo, como Natalia Goncharova, Mijail Larionov o Kandinsky. En las muestras del Toisón de Oro, a partir de 1908, puede ver a los fauves franceses e incluso el aran desnudo de Braque, primera obra cubista exhibida en Rusia. Desde 1910 expone con los grupos de La Sota de Diamantes, la Unión de la Juventud de San Petersburgo y El Rabo del Asno, en los que coincide con todos los grandes de la vanguardia rusa: Tatlin, Stepanova, Chagall, los hermanos Burliuk. Durante este periodo, Cézanne es la influencia dominante, junto a ciertos elementos decorativos de estirpe simbolista y las artes populares rusas en las pinturas que se ha dado en llamar primitivistas.
El Cubofuturismo
Entre 1912 y 1915 se suma al naciente futurismo ruso -David Burliuk, Kruchenij, Jlebnikov y Maiakovski publican en 1912 Bofetada al gusto público, su primer manifiesto-, aunque él prefiera identificarse como cubofuturista. Será en 1913 cuando su actividad vanguardista se acentúe con la publicación de un nuevo manifiesto y, sobre todo, con el estreno de Victoria sobre el sol, ópera futurista con libreto de Kruchenij, música de Matiuchin y decorados y figurines del propio Malevich que prefiguran ya el suprematismo. Malevich comparte las experiencias relativas al zaum, lengua "transmental" y arbitraria, despojada por completo de significados, que practican por entonces poetas como Jlebnikov y Kruchenij. Estas experiencias alógicas serán el puente entre algunos de los más importantes cuadros cubofuturistas -Un inglés en Moscú o El aviador ambos de 1914- y el suprematismo. Su obra empieza a difundirse en el extranjero: en 1912 Kandinsky lo invita a la segunda exposición de El Jinete Azul en Munich y, en 1914, tres de sus cuadros cubofuturistas se exponen en los Independientes de París.
Durante la Primera Guerra Mundial hace carteles de propaganda al modo de los lubok tradicionales rusos con leyendas de Maiakovski. Malevich, próximo al anarquismo, ya había participado en los acontecimientos revolucionarios de 1905. Su trayectoria camina hacia la abstracción suprematista, cuyas primeras obras se muestran al público en "0.10: última exposición futurista", en 1915; entre ellas, el emblemático Cuadrado negro. Si el público reacciona con estupor, viejos camaradas futuristas como Puni o Kliun se suman entusiasmados a la nueva corriente: explicada por el propio Malevich en Del cubismo al suprematismo: el nuevo realismo pictórico. La Revolución de 1917 coincide con el auge del suprematismo y el artista se suma al fervor revolucionario de la vanguardia con sus escritos y asumiendo responsabilidades en el ámbito de los museos y la enseñanza de las artes. En 1919 va a trabajar a la Escuela de Arte de Vitebsk, dirigida por Chagall; éste, en desacuerdo con el suprematismo -como, por diferentes causas, también lo estarán Tatlin y los constructivistas-, abandona el cargo al año siguiente en manos de Malevich, que transforma la escuela en el Unovis -acrónimo de Afirmación de lo Nuevo en el Arte- con la ayuda de Lissitzky y Chachnik entre otros, La iniciativa se mantiene hasta 1922, cuando la falta de apoyo del Inchuk de Moscú -Instituto de Cultura Artística, controlado por los constructivistas- les obliga a cerrar, En Petrogrado recala en el Museo de Cultura Artística, su obra se expone en Berlín y Ainsterdam y abandona la pintura de caballete para dedicarse a los planites y arquitectones, obras experimentales a medio camino de la escultura y la arquitectura, Malevich concibe el suprematismo cada vez más comprometido con la producción industrial, como revelan su colaboración con la fábrica de porcelanas Lomonosov y sus inquietudes urbanísticas y arquitectónicas, Esa orientación se desarrolla entre 1924 y 1926 en el Ginchuk -Instituto de Cultura Artística de Petrogrado- que también acoge a Tatlin hasta 1925.

Tras la muerte de Lenin, el Estado soviético empieza a mostrar un creciente desafecto por la vanguardia artística que desemboca en la adopción del realismo socialista como doctrina oficial, Pese a ello, en 1927 realiza un viaje oficial por Polonia y Alemania, donde conecta con la Bauhaus y la vanguardia artística europea, En Berlín quedará un importante depósito de su obra que, durante años, fue casi lo único que se conocía de Malevich en Occidente, En sus últimos diez años vuelve ala pintura figurativa a modo de renacimiento tras la depuración suprematista. Aunque no cuente con el favor oficial, conserva su prestigio, y su funeral en Leningrado fue una masiva demostración, quizá la última de la vanguardia artística en la Rusia soviética, bajo la solemne bandera del Cuadrado negro.